Lo adecuado es consultar con el neuropediatra ante preocupaciones tales como:
- Sospecha de trastorno por déficit de atención con / sin hiperactividad.
- Retrasos en el desarrollo, global y motor.
- Trastornos de lenguaje.
- Crisis epilépticas (ausencias, convulsiones, etcétera) con o sin fiebre.
- Sospecha de retraso o discapacidad intelectual.
- Trastornos del aprendizaje escolar como la dislexia.
- Dolor de cabeza.
- Si se sospecha autismo de bajo o alto rendimiento o el llamado «síndrome de Asperger».
- Si se sospecha malformación cerebral.
- Cualquier otro síntoma, además de los mencionados, cuando pensamos que el sistema nervioso puede estar involucrado.